Carta de un Psicotico y Paranoico
Todo dentro de mi grita, golpea, destruye, me susurra que libere mis demonios, que deje mis peores pensamiento he ideas salir a la luz, quieren que suelte mis miedos, mi odio, la ira reprimida.
Todas mis emociones empiezan a tomar formas grotescas, humanoides, todas a una gritan en mi mente, arañan las delgadas puertas de mi cordura, buscan y desean escapar con locura innata, quieren dominar cada parte de mi cuerpo, desean tener el control para poder hacer lo que les plazca.
Mi mente se ha convertido en un campo de concentración, ahí todas y cada una de mis emocione y pensamientos son controlados, maltratados e sodomizados para obedecer únicamente a los mas oscuros de mis principios. ¿Qué sentido tiene seguir las reglas? si no puedo liberar como a mi me gustaría a mis verdaderos deseos.
¿Por que debí ceñirme a un estándar de comportamiento que no va conmigo? ¿Por que debo seguir un montón de reglas estúpidas que solo limitan mi potencial dormido?
Todo es oscuro, maligno y caótico, mi interior se ha convertido en una prisión de los peores demonios existentes, todos y cada uno de ellos lucha a muerte por tomar el control de mi, gritan todo el tiempo "libertad" "muerte" "venganza".
Todos muy a su manera me susurran sus planes, susurran sus mas profundos y oscuros deseos, poco a poco convencen a mi mente de obedecerlos, poco a poco logran que deseo liberarlos, sus planes comienzan a volverse apetitosos, sus ideas toman forma frente a mis ojos, dicen exactamente lo que mi alma anhela.
El tiempo sigue corriendo, no se detiene ni por un segundo para permitirme analizar con mas detalle las ideas que empiezan a convertirse en tormenta dentro de mi mente, debo decidir pronto como he de actuar, debo decidir que demonio dejare que se una a mi antes de que todos tomen control de mi cuerpo y actúen como mejor les plazca.
Ya no tengo la fuerza y la cordura para ignorarlos, hace mucho tiempo que fue mermada la poca razón que dirigía mi mundo, pero ahora tras años de gritos, sueños diabólicos, miles y miles de pastillas, mi mente ha sido corrompida y destrozada, ya no conozco la razón y la cordura.
Ya no hay rasgos del pasado, si quieren detenerme, el tiempo corre y no pienso esperarlos, la muerte y la oscuridad se ceñirá sobre todos. No habrá perdón ni misericordia, es hora de que los demonios salgan a jugar, las sombras y los monstruos ya son visibles para mis ojos, están en todos lados y ahora me sirven a mi.
Danbert S. Valerian 1758-1849
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